Azrael está triste. Eso me queda bien claro. ¿Yo tengo la culpa? Tal vez, pero como dice mi jefe, “soy demasiado sincera”, franca pues, dicen por ahí que no le busco lo blandito a la hora de decir la cosas. Sorry, no me gusta maquillar mis palabras.
Azrael cuenta aquí y aquí el porque de su tristeza. Ahora creo que tengo derecho a dar mi versión de todo el asunto.
Primero que nada, un asunto irrelevante para mi aclaración, pero que mi corazón me exige decir: mi daimonion no podría ser un gato, muy peque para mi gusto. Mi daimonion es una Onza, un Leopardo de las Nieves, un irbis, macho por supuesto… ¿no?

Bueno, regresando al punto anterior. Lo más importante es que si quiero tener un perro, siempre quise tener uno, cuando conocí a Azrael él los odiaba, pensaba que eran una aberración de los lobos y que no tenían ni medio cacahuatito en el cerebro. Poco a poco se dio cuenta (y me dio mucho gusto) de que como en otras tantas cosas, su aversión no sólo era exagerada sino hasta infundada, y hoy en día quiere tener un perro. El problema de todo esto es si en verdad podemos.
Es complicado. Llegamos tarde, nos levantamos temprano, nos encanta ver la tele, jugar videojuegos y navegar en internet, nos gusta estar en la tranquilidad de nuestro hogar echados descansando. No sé, no creo que estemos preparados para tener un perro, no ahora al menos, no es cualquier cosa, no somos cualquier familia. No es nada más una mascota, buscamos un miembro más para la familia, un hermano para Kiba (digo si mi gata se digna aceptarlo). Es una gran responsabilidad, Kiba se cuida sola, un perro no. Me preocupa, no me gusta ser la mala del cuento. No quiero decir que no. Además el perro, tiene personalidad, y es muy lindo.
¿Lo de Kiba y yo? No sé no creo que me quiera más a mí. Creo que me grita más porque le contesto y se me duerme encima porque ya aprendió que conmigo no hay problema, si se duerme más o menos cerca de la cabeza de Alz, él no puede respirar por la mañana. La adoro, es cierto y tenemos mucho en común, entiendo que Azraelito quiera un vínculo con una criatura que se parezca a él.
Me duele. No sé que hacer…
Claro que tu daimonion no es una gata consentida que no puede ni maullar mientras ronronea. Je je.
ResponderBorrarLa culpable no eres tu, y nunca te pediría que ablandes tus palabras, es parte del porqué te amo. De hecho lo que odio de ti', es cuando no me dices las cosas y yo soy demasiado pendejo como para darme cuenta. Me encanta tu franqueza hiriente.
Creo que tu versión es la misma que la mia: Es complicado.