miércoles, 9 de mayo de 2012

Deseperadita


Uno de mis peores defectos es que soy altamente impaciente y desesperada, me molesta tener que esperar por algo, cuando quiero algo lo quiero y lo quiero YA. La buena noticia es que si tengo que luchar por ese “algo” haré hasta lo imposible por obtenerlo rápidamente.

Si a lo anterior sumamos mi insaciable curiosidad nos da como resultado una mezcla por demás volátil. Por ejemplo, cuando era niña y se acercaba la Navidad comenzaba a buscar los regalos por toda la casa, en cuanto tenía un minuto sola me convertía en detective y rastreaba los tan ansiados presentes. He de decir que tras un par de días o semanas de búsqueda casi siempre los encontraba y cuando lo lograba por fin me iba a dormir con una gran sonrisa de satisfacción y tranquilidad (así de loca estoy y siempre he estado).

¿Sorpresas? Me encantan peeeeeeero siempre y cuando no sospeche absolutamente nada, si me dan el más mínimo indicio de que algo ocurrirá me invade la curiosidad y puedo terminar jalándome los cabellos de la desesperación sino logro averiguar qué es. No es divertido.

Próximamente (un mes, dos máximo espero) arrancará una nueva etapa de mi vida, se ha dado inicio a un nuevo proyecto y admito que como dirían las abuelitas “se me cuecen las habas”… ya quiero que pase pues...


¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

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