¿Quieres conocer de verdad a alguien? ¿Quieres descubrir los más oscuros rincones de su personalidad? Súbanse con ese “alguien” al transporte público en hora pico (léase por ejemplo el metro Hidalgo a las 2 pm o el RTP a Santa Fe a las 8 am). El horror de ir de un lado a otro día a día en una urbe como el defectuoso.
Creo firmemente que el transporte público saca lo peor de nosotros mismos, una persona no puede mantener ‘poses’ en una situación tan estresante y claustrofóbica como la que se genera en un vagón del metro hasta la madre… ¿o sólo soy yo?
En el metro la gente se empuja, se avienta, se apachurra, el espacio personal es inexistente, las manos se posan donde no deben, los arrimones están a la orden del día, los olores se entremezclan, la educación y normas sociales se diluyen, el instinto de supervivencia prevalece.
El ejecutivo trajeado con lentes oscuros se lanza presto para irse colgado del camión, la secretaria con tubos le repega el cuerpo al vecino de enfrente para lograr que cierre la puerta, el chavito de primaria queda aplastado y literalmente embarrado en el vidrio de la ventanilla, el transporte público es una jungla y un novato puede morir en el intento.
¿Creías muy decentito a alguien? Observa cómo se abre paso a empujones hasta la bajada del camión repleto de gente sin pensarse dos veces si es hombre, mujer o niño.
Tengo serios issues con las multitudes y con los espacios cerrados esto significa que me estreso, me anervio, me sudan las manos, se me acelera la respiración y casi me desmayo en el metro y los camiones (sí, soy calustrofóbica).
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Soy un pinche paquete de traumas y peculiaridades :S
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