A estas alturas de la vida quien no sepa que del 14 al 17 de marzo será el Vive Latino 2013 es porque seguramente vive en una comuna menonita sin tele, sin internet y no tiene contacto con el mundo exterior… aunque tal vez cuando saliera a vender sus quesos vería los espectaculares… mmmm… estoy divagando.
Yo sólo quiero decir que estoy angustiadísima porque voy a
ir los 4 días del evento, sí ¡LOS CUATRO! y sinceramente creo que moriré en el
intento, ya no estoy para esos trotes. Juro solemnemente que voy con todo el
ánimo, la buena vibra y la mejor disposición porque Necro está que no cabe de
la emoción por el cartel de este año: Morrisey,
Blur, Underworld, Tame Impala, Los Fabulosos Cadillacs, Los Auténticos Decadentes…
y decenas de bandas más que pueden dejarte sin aire en el intento de enumerarlas.
Para hacer honor a la verdad a mí sólo me suenan unos 10, tal
vez 15 grupos y de esos me emocionan digamos más o menos cinco. La realidad es que mi archivo musical es un desastre, porque cuando
esté ahí seguro no pararé de decir: “¡ah, esa me gusta! ¡ah, esa también!”, siempre me pasa. Si a
lo anterior le sumas que yo nada más oigo un bote sonar y luego luego comienzo
a menearme porque la música me hace feliz, ¿cómo no disfrutar un festival así?
En estos momento no paro de darle vuelta a cómo le voy a hacer para
sobrevivir al acontecimiento: no me gustan las multitudes, el calor me mata,
tengo migraña, hiperhidrosis, me quemo todita a la menor provocación… da miedo. Mi
estrategia es conseguirme un gorrito hipster para que me proteja del sol,
bañarme en bloqueador, nunca dejar que se vacíe mi vaso de cerveza, evitar bajar
a “pista” pa' no toparme con la "chaviza" y echarme en el pastito cada vez que se me presente la oportunidad.
Si sobrevivo al Vive Latino 2013 será algo que valga la pena contarle a mis nietos.
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