Me trueno los dedos desde los 10 años, no sé qué demonios fue lo que me
impulsó a hacerlo pero se convirtió en
algo altamente adictivo, comienzas y luego ya no puedes parar, ¡juro que es
como una maldita droga! Realizo la mera acción de forma inconsciente, por
enojo, estrés, aburrimiento, ocio… bueno, creo que hasta cuando tengo sueño.
El alivio que siento cuando me trueno los dedos no es sólo mental o
emocional, es un efecto físico que me causa una sensación de bienestar y
placidez. ¿Cuántas veces lo hago al día? Demasiadas, nunca he logrado
contarlas.
La noticia de hoy es que después de casi 20 años estoy tratando de
dejar de hacerlo, tratando al menos. Superar un vicio o un mal hábito es una de
las cosas más difíciles del planeta, pero en mi triste caso es más fácil dejar
de fumar (cosa que también estoy reduciendo al mínimo) que dejar de tronarme
los dedos.
En este momento estoy en la etapa de: me duele si me los trueno, me
duele si no me los trueno…
Snif
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