viernes, 6 de julio de 2012

Tronarse los dedos

Todos tenemos malos hábitos, aparentemente unos tenemos más que otros, o tal vez hay malos hábitos que son peores que otros, o puede ser que hay personas más susceptibles a los malos hábitos de los demás, no lo sé (creo que estoy divagando).

Me trueno los dedos desde los 10 años, no sé qué demonios fue lo que me impulsó a  hacerlo pero se convirtió en algo altamente adictivo, comienzas y luego ya no puedes parar, ¡juro que es como una maldita droga! Realizo la mera acción de forma inconsciente, por enojo, estrés, aburrimiento, ocio… bueno, creo que hasta cuando tengo sueño.

El alivio que siento cuando me trueno los dedos no es sólo mental o emocional, es un efecto físico que me causa una sensación de bienestar y placidez. ¿Cuántas veces lo hago al día? Demasiadas, nunca he logrado contarlas.

La noticia de hoy es que después de casi 20 años estoy tratando de dejar de hacerlo, tratando al menos. Superar un vicio o un mal hábito es una de las cosas más difíciles del planeta, pero en mi triste caso es más fácil dejar de fumar (cosa que también estoy reduciendo al mínimo) que dejar de tronarme los dedos.


En este momento estoy en la etapa de: me duele si me los trueno, me duele si no me los trueno…

Snif

No hay comentarios.:

Publicar un comentario